El 10 de julio se presentó el informe de la CEPAL “Inversiones Extranjeras Directas (IED) en América Latina y el Caribe 2023”. El documento destaca cómo en 2022 las IED hacia América Latina superaron los 224 millones de dólares – cifra un 55,2% superior a la registrada en 2021 – y dedica un amplio espacio a las inversiones para impulsar la transición energética, identificada por la CEPAL como uno de los sectores clave para el crecimiento económico.

El informe destaca que los países de la región entre 2005 y 2022 recibieron más de 500 anuncios de proyectos de IED en energías renovables, por un monto total de casi 170 mil millones de dólares. Brasil, Chile y México los mayores beneficiarios: con más del 80% de los anuncios dirigidos a la región. La energía solar y eólica fueron las principales tecnologías y representaron casi el 70% de todos los proyectos de inversión, pero también jugaron un papel importante otras fuentes renovables, como la bioenergía, la biomasa y, en particular, la energía hidroeléctrica, que sigue siendo la principal fuente de energía renovable, representando más del 41% de la capacidad instalada.

Además, de las 20 fusiones y adquisiciones más grandes registradas en América Latina y el Caribe en 2022, 4 involucraron la extracción de cobre y litio, metales esenciales en la cadena de valor de las energías renovables y, en consecuencia, para facilitar la transición energética.

El informe indica que la oferta de energía generada a partir de fuentes renovables constituye casi el 33% del total en América Latina y el Caribe, frente al 13% promedio que se observa a nivel mundial, reconociendo además que los recursos renovables con los que cuenta la región son excepcionales. En Chile, Argentina, Brasil y México, por ejemplo, hay un gran potencial para producir energía solar y eólica. Chile, en particular, es el país del mundo que tiene más potencial de generación eólica y uno de los que tiene el nivel de irradiación horizontal más alto. La cordillera centroamericana tiene características que son esenciales para la producción de energía geotérmica.

Además, en la región hay importantes reservas de algunos minerales que son fundamentales para la transición energética, lo que le permitiría ubicarse estratégicamente en la cadena de valor. En 2017, el 61% de las reservas mundiales de litio, el 39% de las de cobre y el 32% de las de níquel y plata se encontraban en América Latina y el Caribe.

En este sentido, la recuperación de 2022 marca un hito importante para la inversión, reconociendo además el informe que en casi todos los países de América Latina y el Caribe se han diseñado sistemas de incentivos financieros y fiscales para promover la implementación de energías renovables. Además, una transición energética exitosa podría convertirse en una ventaja comparativa para atraer inversiones en otros sectores, como las industrias intensivas en energía y para atraer actividades que integren energías renovables, como las relacionadas con el hidrógeno verde y el desarrollo de tecnologías neutras en carbono. En un mercado internacional muy dinámico, los países de la región tienen una gran oportunidad para avanzar en este importante desafío, reconoció el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, al presentar las principales conclusiones del estudio.